La gente del campo siempre ha tenido un especial interés por
las predicciones meteorológicas. Evidentemente, agricultores y ganaderos
dependen en gran medida de las inclemencias del tiempo. Muchos recordamos a
nuestros abuelos en el mes de agosto haciendo sus propias predicciones para los
meses sucesivos en base a las llamadas “cabañuelas”. Nunca se
perdían el “parte” de la entonces única cadena de televisión existente (con un
único canal en amplias zonas de España, incluyendo la de mis ancestros). Su
porvenir dependía en gran medida de la lluvia, nieves, hielos, granizadas, etc.
No había subvenciones ni era costumbre asegurar las cosechas o el ganado.
Quienes continuamos ligados al sector agrícola no podemos
evitar seguir muy interesados en todo lo relacionado con la climatología y la
meteorología aunque ya no sea de forma estricta una cuestión de “vida o muerte”
.
A mí me llama poderosamente la atención los avisos o alertas
por fenómenos meteorológicos adversos que se vienen dando desde hace pocos años
en España. Es raro el día que no hay ningún aviso por alguna causa. Por
ejemplo, en invierno, si no es por viento es por frío, por lluvias torrenciales
o por nieve. En verano, parece que Córdoba o Sevilla se pasan todo el tiempo en
alerta por calor.
Esta semana, en plenas vacaciones y con tiempo para ello, me
he animado a indagar en base a qué se establecen esas alertas que salen todos
los días en la “tele” en todos los canales de televisión que hoy tenemos. La
gente te dice: “ve por la sombra, que estamos en alerta naranja”.
Pues resulta que hay un “Plan
Nacional de Predicción y Vigilancia de Fenómenos Meteorológicos Adversos”,
de la Agencia
Española de Meteorología (AEMET), donde se fijan umbrales de,
por ejemplo, temperaturas máximas que desencadenan esos avisos y alertas
(amarilla-naranja-roja). Como personas de ciencias que somos, no nos conformamos
con ver esos números. He querido indagar en qué estudios, argumentos o
estimaciones científicas se basan. ¿Por qué Sevilla está en alerta con 38º C y
La Coruña con 34º C?. ¿De dónde lo han sacado?. Oiga usted, podrían decirme
desde la AEMET, es que en La Coruña están menos acostumbrados al calor que en
Sevilla y por eso allí se da el aviso a menor umbral. De acuerdo, pero ¿por qué
34º C?. Pues nada, no se encuentra nada aparte de un mero “Estos umbrales se han establecido con criterios climatológicos y de
adversidad cercano al concepto de “poco o muy poco frecuente” siempre y cuando
impliquen una amenaza para la población”, como se justifican el Plan
reseñado. ¿No hay ninguna bibliografía, tesis doctorales, artículos
científicos, informes o evaluaciones que citar? ¿qué se considera “amenaza para la población”?. Parece que
alguien dio la orden de “necesitamos un Plan inmediatamente” y se fue por la
vía rápida. Quizás sea un criterio Europeo en el marco del Proyecto Europeo “Meteoalarm”.
Debería explicarse.
Lo que más me ha llamado la atención es que al utilizar
buscadores de bibliografía científica (PubMed, Isi Web, Scielo, Scirus, etc),
también “wikipedia”, aparecen numerosos trabajos sobre cambio climático,
oscilación de la corriente del Atlántico Norte (NAO), El
Niño, La Niña,
etc. Pero sobre todo llama la atención que hay en vigor desde 2003 un Plan
Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas
sobre la Salud que resulta que es otro, que no es el mismo que el de la
AEMET y que los umbrales y avisos (amarillo-naranja-rojo) son distintos
(Sevilla, 41º C). Vaya lío. ¿A quién hay que hacer caso, a la AEMET o al
Ministerio de Sanidad?. Éste da al menos alguna explicación sobre el
establecimiento de umbrales y reconoce que obedece a criterios estadísticos
(percentil 95 de la serie histórica de temperaturas) salvo en los casos de
provincias en que existen estudios epidemiológicos, en las que los umbrales que
se establecen en base a esos trabajos científicos. Hemos encontrado algunos
de ellos (Madrid,
Sevilla, Castilla- La Mancha). Muy interesante.
En fin. Algo que empezó como una curiosidad vacacional me ha llevado a
todo lo expuesto. En todo caso, es evidente que ahora mismo a nivel mediático manda la AEMET (no parece que el Ministerio de Sanidad se haya esforzado en
ello), porque sus avisos son los que salen en la “tele”, y ya sabemos que lo
que dicen en la “tele” es irrefutable.