martes, 5 de abril de 2011

La inevitable contaminación radiactiva de alimentos tras un desastre nuclear

El devastador terremoto y consiguiente tsunami recientemente acaecido en Japón ha producido cerca de 30.000 muertos y desaparecidos según las últimas estimaciones. Sus consecuencias no se quedan ahí y son por todos conocidos los problemas que han surgido para controlar las fugas radiactivas procedentes de los reactores nucleares de Fukushima, muy dañados por el impresionante desastre natural. Ya se está detectando radiación procedente de esos reactores en lugares muy alejados, a miles de kilómetros de allí aunque en cantidades poco importantes. Es en este sentido interesante el modelo de potencial dispersión de contaminantes elaborado por la Universidad de Colonia (clicar enlace)
http://www.riu.uni-koeln.de/index_e.html


Esto está originando creciente preocupación en la opinión pública por temor a que lleguen al consumidor alimentos contaminados por esta nube radiactiva o por el agua de mar afectada por radionucleidos allí vertidos y dispersados por las corrientes marinas y las migraciones de su fauna. Es evidente que en las zonas geográficamente más próximas a la fuente de emisión es donde mayor concentración de isótropos radiactivos se puede esperar y, por tanto, es en los alimentos allí producidos donde en principio más cantidad de elementos radiactivos se van a acumular. En éste sentido, son bien conocidas las consecuencias que el accidente de Chernobil tuvo sobre el medio ambiente y los productos alimenticios. En el caso de Fukushima se añade la incertidumbre del comportamiento que pueda tener la citada dispersión marina de contaminantes y las no perfectamente conocidas migraciones de especies piscícolas comerciales. Sobre todo teniendo en cuenta que la situación aún está lejos de ser controlada, siendo en cierta medida impredecible, y que se siguen emitiendo partículas radiactivas en cantidades apreciables. Dicen que no es comparable a Chernobil pero está por ver cuál resulta ser finalmente la realidad de la situación.

La entrada de los radionucleidos a los alimentos se produce inicialmente por adsorción desde el suelo o por deposición en las plantas. Posteriormente pueden incorporarse al hombre por consumo directo de estos vegetales o bien de animales o productos de origen animal (especialmente la leche y derivados) que han sido alimentados con pastos o piensos contaminados. Por su parte, los peces (particularmente la microflora acuática) son potencialmente bioconcentradores de radionucleidos, hasta 1000 veces o más en lagos oligotróficos según algunos autores (Winteringham FPW, FAO 1993). Respecto al medio marino, como se ha dicho, se dispone de información menos precisa. No por falta de estudios sino por la complejidad del medio, inherente a su inmensidad.

Los isótropos radiactivos de vida media corta, como el yodo-131, sólo supondrán un problema importante de contaminación de los alimentos cuando los niveles sean altos (por ejemplo tras un desastre). Sin embargo, otros radionucleidos tienen vidas medias más largas, como el cesio-137 y el estroncio-90, incluso de hasta miles de años, como el plutonio-239 que una vez en el medio ambiente puede considerarse como permanente.

El efecto más importante de la exposición crónica a la radiación, que es la que se produciría vía alimentaria, es el aumento en el número de cánceres en la población expuesta en comparación con una población que haya recibido niveles normales de radiación. Experimentos con animales indican que en poblaciones expuestas cabe esperar además efectos mutagénicos y teratogénicos.

Por tanto, una vez producido un desastre como el de Fukushima, solo queda disponer las oportunas medidas preventivas respecto a los alimentos. Así, la Unión Europea (UE) ha determinado el chequeo de entre el 10% y el 20% de cada envío de productos alimenticios procedentes de Japón y producidos a partir de determinadas fechas (Reglamento de Ejecución (UE) 297/2011 de la Comisión http://bit.ly/gMTpoa ). Los límites de tolerancia máxima de isótropos radiactivos en alimentos están establecidos por el Reglamento (Euratom) nº 3954/87 del Consejo http://bit.ly/gEOxqP  y su posterior modificación, el Reglamento (Euratom) n° 2218/89 del Consejo http://bit.ly/eibgOX

¿Son los que deberían ser?

4 comentarios:

  1. ¿Pero realmente se controlaba eso en España hasta ahora? Me refiero a que si respecto a Chernobil se hizo o se hace también porque si esas radiaciones duran tantos años...

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  2. Alucinante el mapa y la animación del enlace, una pasada...para acojonarse. ¡Dios! ¿qué está pasando?, ¡que nos informen!...

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  3. Hay una regulacion specifica europea para los productos alimenticios procedentes de paises afectados por el desastre de Chernobil con destino a los paises de la Union Europea y que se está aplicando desde hace muchos años. La ultima actualizacion importante: http://bit.ly/emknv4

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  4. Me parece una entrada interesantísima. Es curiosa la falta de información que hay sobre todo esto. ¿Por qué?

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