jueves, 31 de mayo de 2012

¿Nuevo virus de la rabia?

El Informe Semanal de Vigilancia 28 de mayo de 2012 de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica de España, con sede en el Centro Nacional de Epidemiología (Instituto de Salud Carlos III, ISCIII) comunica la detección de un murciélago positivo frente al virus de la rabia.

Trasladamos casi literalmente la información del Boletín Semanal.

El caso tiene unas características especiales. El murciélago, de la especie Miniopterus schreibersii fue recogido en julio de 2011 en un polígono industrial de Lérida (Cataluña) y llevado a un centro de recuperación de fauna silvestre, donde murió a los pocos días, siendo congelado y enviado, junto con otros cadáveres de murciélagos, al laboratorio de referencia para la rabia del Centro Nacional de Microbiología (ISCIII). 

Según parece el animal no agredió ni hubo exposición accidental de personas.  


Los resultados analíticos dieron como resultado:  

- Detección de antígenos víricos por inmunofluorescencia positiva con algunos reactivos comerciales. 

- RT-PCR genérica de lisavirus positiva.  

- Secuenciación genómica de más de 800 pares de bases (pb) del gen de la nucleoproteína.  

- Aislamiento de virus negativo (actualmente en proceso de revisión). 

La secuencia genómica indica que el virus del género Lyssavirus detectado es diferente a todos los descritos hasta el momento, cuya posición filogenética dentro del género continúa en estudio. Los resultados disponibles indican que no pertenece al filogrupo 1 ni al filogrupo 2, que son los filogrupos descritos de lisavirus hasta la fecha.  

Es la primera vez que se identifica este tipo de virus, también es la primera vez que se identifica en España un lisavirus en un murciélago Miniopterus schreibersii, llamado murciélago de la cueva, distribuido por toda la península ibérica y el resto del sur de Europa.

Estaremos atentos a nuevas informaciones sobre este caso.

Distribución del Miniopterus schreibersii 

miércoles, 2 de mayo de 2012

Cambio climático y enfermedades de origen hídrico y alimentario

El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) publicó hace poco más de un mes un estudio sobre el potencial impacto del cambio climático sobre enfermedades de origen hídrico y alimentario.  

Consideramos que es una publicación de interés que debe ser tenida en cuenta. Está disponible en inglés, por lo que a continuación ofrecemos su “Resumen Ejecutivo” traducido al español.


Introducción

El cambio climático ha tenido sin duda impacto en Europa, jugando un papel importante en la ocurrencia de eventos meteorológicos extremos en los últimos años, tales como sequías, olas de calor e inundaciones. Proyecciones sobre el cambio climático para las próximas décadas indican como probable un nuevo aumento de tales fenómenos meteorológicos extremos. Además, la escasez de agua se presenta como un reto importante para los Estados de la cuenca mediterránea, sobre todo durante los veranos. En cambio, se prevé un aumento de eventos de lluvias fuertes en gran parte del centro y norte de Europa, con un aumento de los niveles generales de precipitaciones en el norte de Europa, sobre todo durante los inviernos. A esto hay que sumar que las predicciones para Europa apuntan a un aumento global de la temperatura.

Estos cambios en el clima europeo no sólo impactarán en el medio ambiente y en los ecosistemas, sino que también lo hará sobre la salud humana y su bienestar. Los patógenos de los alimentos y del agua (Food- and waterborne, FWB, pathogens) son particularmente sensibles a las condiciones climáticas. Así, la planificación en Salud Pública y la programación de actividades necesitan tener en cuenta el potencial impacto que podría tener el cambio climático en la trasmisión de enfermedades FWB. 

En este informe, se presentan los resultados de una revisión exhaustiva de la literatura científica, en la que se relatan los vínculos entre seis patógenos FWB (Campylobacter spp., Cryptosporidium spp., Listeria spp., Norovirus, Salmonella spp. y Vibrio no colérico spp.) y variables meteorológicas y climáticas. El objetivo principal era evaluar y comprender los impactos potenciales del cambio climático en la transmisión de las enfermedades FWB en la UE.

Campylobacter jejuni
Metodología

Esta evaluación se basa en una revisión sistemática de la literatura científica. Para cada patógeno (Campylobacter, Cryptosporidium, Listeria, Norovirus, Salmonella y Vibrio no-cholerae) se buscaron artículos en las bases de datos bibliográficas PubMed y ScienceDirect, mediante términos MeSH relacionados con el cambio climático y / o la variabilidad del clima.

Se revisaron artículos publicados en inglés o alemán entre los años 2000 y 2009. Para cada uno de los artículos identificados, los equipos de revisores extrajeron hechos o factores clave, vinculando así un determinado patógeno con información climática específica. Cada “factor clave” se clasificó según la calidad de sus evidencias y se le confirió un orden espacial para su mapeo. Toda la información fue ingresada en una base de datos que se utilizó para analizar los resultados y establecer relaciones.

Resultados 

La base de datos se desarrolló incluyendo información de 741 artículos (con revisión ​por pares), publicaciones, informes y otras fuentes científicas. A partir de estas fuentes,  1653 “factores clave” relacionados a los patógenos FWB estudiados con un rango de las variables climáticas fueron identificados. La temperatura del agua, la estacionalidad, temperatura del aire, fuertes lluvias, precipitaciones y variaciones en la temperatura fueron las variables asociadas con el cambio climático con mayor frecuencia atribuidos a los patógenos de interés en este estudio. La campilobacteriosis y salmonelosis fueron más frecuentemente citados en asociación con la temperatura del aire, campilobacteriosis y las infecciones por Vibrio en asociación con la temperatura del agua, la criptosporidiosis seguido por la campilobacteriosis se relacionaron con frecuencia más alta con la precipitación y la criptosporidiosis seguido por Vibrio no-cholerae se encontraron ligados con los eventos de precipitación.

La enfermedad más prevalente FWB en Europa es la campilobacteriosis, que presenta una fuerte estacionalidad y ha sido asociada con un mayor número de variables meteorológicas y situaciones meteorológicas específicas, lo que indica que picos de ésta enfermedad pueden variar como resultado del cambio climático en el futuro. La temperatura tiene también una pronunciada influencia en las notificaciones de intoxicaciones de salmonelosis, lo que puede atribuirse a un almacenamiento y manipulación inadecuadas de los alimentos. No obstante, la incidencia de salmonelosis ha disminuido en toda Europa en los últimos diez años, en parte debido a las medidas de salud pública implantadas en ese tiempo. Por lo tanto, políticas adecuadas en promoción de la salud y en higiene alimentaría deberían contrarrestar el posible impacto negativo sobre la salud pública.  

Un gran número de estudios han examinado el papel de las aguas superficiales, el agua del grifo y de fuertes lluvias en la transmisión de Cryptosporidium. La previsión de precipitaciones más irregulares se cree que aumentarán los brotes de criptosporidiosis, aunque la fuerza de la asociación puede variar según la región climática. Listeria spp. no se asoció con umbrales de temperatura, episodios de precipitaciones extremas o límites de temperatura. La asociación entre los factores determinantes del clima y el Norovirus es débil, en parte debido a la relativa falta de la información publicada. Por el contrario, hay evidencia documentada de una fuerte asociación entre temperaturas (del agua) estivales crecientes y veranos más largos con infecciones por Vibrio-no cholerae. Sin embargo, el aumento de la morbilidad se prevé que sea modesta debido a las bajas tasas de incidencia actual, aunque es posible un aumento en el número absoluto de casos de infección. En concreto, el Mar Báltico es un hábitat en el que pequeños cambios en las condiciones ambientales, por ejemplo, temperatura, se traducirá en elevadas poblaciones de Vibrio spp.

Discusión / conclusión

Los escenarios de  cambio climático publicados para Europa sugieren que algunas regiones experimentarán un incremento en el número de eventos extremos de precipitaciones, y que todas las regiones sufrirán aumentos en la temperatura del aire y del agua.  

Todos los patógenos FWB examinados en este estudio fueron citados por la literatura científica como vinculados con alguna variable medioambiental relacionada con el cambio climático. El riesgo de campylobacteriosis está asociado con la temperatura media semanal, aunque es aún mayor esa asociación para la salmonellosis. Las lluvias irregulares y torrenciales se relacionan con brotes de Cryptosporidium spp, mientras que non-cholera Vibrio spp presenta unas mayores tasas de crecimiento en aguas costeras durante los veranos calurosos. En cambio, para Norovirus y Listeria spp la relación con variables climáticas parece relativamente débil.

Una limitación del estudio es el sesgo en las publicaciones referenciadas, ya que no se distribuyen por toda Europa, existiendo un gradiente norte-sur y oeste-este. Esto es debido en parte a la búsqueda selectiva de artículos en inglés y alemán, aunque también a la poca bibliografía específica encontrada. De hecho, la falta de información sobre cambio climático y enfermedades de origen hídrico o alimentario podría suponer un riesgo para la salud pública, especialmente en estos tiempos de recesión que podrían llevarnos a una subfinanciación de programas de vigilancia y control.


El enfoque de este estudio hacia las fuentes de datos electrónicos, y la manera en que evalúa el impacto del cambio climático en las enfermedades transmitidas por los alimentos y el agua, asegura una evaluación metódica del mismo. El la base de conocimientos sobre el cambio climático resultante ofrece información acerca de la vulnerabilidad al cambio climático, su impacto potencial y la adaptación al mismo, y por lo tanto facilita la gestión de las futuras amenazas de enfermedades infecciosas. A la vista de la probable disminución de recursos para la salud pública, este enfoque puede ser útil para evaluar diferentes estrategias de salud pública para responder al cambio climático.